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CURIOSIDADES
La memoria colectiva de los pueblos latinoamericanos ha sido históricamente basada en la āoralidadā, expresada en relatos que hibridan la realidad con la subjetividad de sus vivencias, entregando como herencia transmitida de generación en generación una esfera fantĆ”stica de sus modos de vivenciar y percibir su entorno.
En el contexto nacional, estas leyendas se constituyen en modos de ver y explicar la realidad, las tradiciones culturales y todo el entramado social existente en las regiones con mĆŗltiples y diferentes procesos āĆ©tnicos, económicos, demogrĆ”ficos, geogrĆ”ficos, polĆticos, entre otros. En la comarca huilense y, por supuesto, en Campoalegre, como sujeto viviente de ella, se encuentran representaciones sociales propias de esta cultura oral.
Parte de la memoria oral del municipio de Campoalegre, ha sido recopilada desde los escritos de Medardo Zabaleta Ipuz en el capĆtulo Historias y Leyendas de Seboruco, de su libro āEl Rey Oriz Sativa baila bambucoā; en Ć©l se encuentran anĆ©cdotas, tejidas en el entorno del municipio:
Buscadores de Oro
Durante todo el siglo veinte la región de Seboruco ejerció una atracción especial para los campoalegrunos. Hasta los aƱos cuarenta, el oro que se encontraba, con relativa facilidad por todos sus pliegues, atraĆa a un gran nĆŗmero de lavadores de oro, especialmente a los habitantes aledaƱos a la quebrada La CiĆ©naga.
Son descendientes de estos buscadores de oro los Morales, los Trujillos, los Fierros, los PatiƱos y otros, quienes heredaron las herramientas para masamorrear el material de los lechos de las quebraditas que surcaban a Seboruco, pero que no se dedicaron a extraer el oro, porque era ya mƔs rentable trabajar en el cultivo del arroz. Sin embargo, los campoalegrunos entretejieron una
serie de leyendas en las cuales le atribuĆan a Seboruco la guardia de unas inmensas riquezas, representadas en utensilios y adornos en oro, unas veces, y en otras, recipientes llenos de oro en polvo, enterrados por poderosos caciques Otases.
Guacas y cuentos de guaquerĆa
Otras leyendas se referĆan a tesoros enterrados por ricos hacendados espaƱoles durante la independencia. Y no faltaba el famoso cuento que recorrió todos los pueblos de Colombia, donde se decĆa que el poblado era sostenido por una enorme viga de oro. Que se sepa, en ningĆŗn poblado se ha encontrado, ni aquĆ tampoco.
Respecto a esto, en una ocasión, un campesino le preguntó al cura que cuanto podrĆa valer una viga de oro. El padre le preguntó que si la habĆa encontrado. Y Ć©l respondió: no, es por si la llego a encontrar. Por eso los campoalegrunos soƱaban con encontrar uno de estos tesoros y de vez en cuando se dirigĆan a Seboruco en pos de la fortuna. Pero era en semana santa, cuando las historias y la ambición se apoderaban de las gentes, y en grupos recorrĆan los senderos de Seboruco, las noches santas. Se preferĆa los jueves y viernes santos para guaquear. Se vigilaba
la noche entera, pues, nadie pegaba los ojos, para ver si una guaca les alumbraba.
Sin embargo, encontrar estas guacas era casi imposible, puesto que quienes alimentaban estas fĆ”bulas tambiĆ©n le agregaban reglas. Una de ellas decĆa que para encontrar una guaca era conveniente que todos los participantes en la bĆŗsqueda debĆan despojarse de toda ambición. Imposible encontrar algĆŗn guaquero con esta cualidad. Por eso, si un grupo de buscatesoros, pasaba todas las noches de la semana santa husmeando por todo Seboruco, sin ningĆŗn resultado, simplemente se decĆa que alguien del grupo era muy codicioso. Es de anotar, que las vigilias se acompaƱaban con aguardiente, para soportar mejor el sereno y ahuyentar el temor a los espantos.
Las mĆŗcuras de Vicente
En los aƱos sesentas, un muchacho se encontraba conduciendo un ganado hacia los establos, en una finca de esta zona, cuando de repente un toro al rascarse la cornamenta contra un peƱasco hizo que se desprendiera un buen pedazo de Ʃste, y al chocar contra el suelo se volviera aƱicos, dejando ver dos vasijas de barro.
Vicente no era ajeno a las historias de riquezas indĆgenas, por tanto, como muchos niƱos de la Ć©poca, soƱaba con tener un encuentro de este tipo. Sin pensarlo dos veces, tomó las dos mĆŗcuras, las cuales las imaginó repleta de oro en polvo y se dispuso a llevarla a su casa.
MĆ”s tarde, rodeado de sus familiares que escuchaban pasmados los relatos que Ć©l les hacĆa, en comĆŗn acuerdo, decidieron hacer una pequeƱa perforación a los recipientes para extraer el oro que muy seguramente era el contenido de estas vasijas de barro. AsĆ lo hicieron. Pero el material que resultó no parecĆa oro.
Decidieron entonces, encomendar a un familiar para que fuera a BogotĆ” con los recipientes y todo su contenido para que los expertos dictaminaran la clase de material hallado.
El encargado se desplazó a la capital del paĆs como se habĆa convenido, pero despuĆ©s de varias consultas con joyeros y el Museo de AntropologĆa, se descubrió que el contenido de las vasijas simplemente era tierra. Los tiestos sĆ tenĆan algĆŗn valor comercial, pero como los joyeros los despedazaron, no dieron ni cinco por ellos. Pasado algĆŗn tiempo, la persona comisionada para viajar a BogotĆ” con las botijas, ubicó su fĆ”brica de pan en pleno centro de Neiva con buenos resultados económicos, puesto que el pan de Campoalegre para ese entonces era muy afamado. En el momento que Vicente vio por primera vez la pujante fĆ”brica de su tĆa, recuerda el par de mĆŗcuras que le confió y concluyó que su pariente lo robó.
La historia de las mĆŗcuras se regó por todo el pueblo, y la reputación de la tĆa estaba en entredicho.
Pasado cierto tiempo, en un corrillo donde se discutĆa sobre el contenido de las mĆŗcuras, alguien le preguntó a don Bercelio Zabaleta sĆ era posible que estos recipientes contuvieran oro u otro material de valor, don Bercelio respondió: esas vasijas no tenĆan oro; los indĆgenas de estos lados eran tan pobres que se enterraban huyĆ©ndole a las deudas.
La ambición rompe el saco, cuentan los viejos, que durante los primeros veinte aƱos del siglo XX, el oro que se sacaba de Seboruco era mĆ”s o menos abundante; los compradores de oro acudĆan a negociarlo en los mismos sitios donde Ć©ste se obtenĆa.
Egidio y el negocio de su vida
Para esta misma Ć©poca, un buscador de oro compró una finquita aquĆ en Seboruco, la cual le parecĆa muy prometedora para sacarle el precioso metal.
DespuĆ©s de cierto tiempo de buscar, se dio cuenta, que el oro en su finca era supremamente escaso. Decidió entonces venderla. Era consciente de que si no le agregaba algĆŗn atractivo, serĆa muy difĆcil encontrar un comprador. Pasado algĆŗn tiempo se le ocurrió una idea a su parecer genial. Los Ćŗnicos que le podrĆan comprar su finca serĆan los buscadores de oro, pero para convencerlos tendrĆa que mostrarles una buena yeta o pinta, como ellos la llamaban. Para esta labor, primero escogió una peƱa con material algo blando.
Luego tomó una escopeta y la cargó con pólvora negra, pero a cambio de metralla le introdujo unos treinta gramos de oro. Disparó contra la peña finalmente, introduciendo el oro de esta manera en una pequeña Ôrea. Quedaba lista la mina de oro para atrapar a un incauto. A continuación seleccionó a su posible comprador entre sus conocidos. Elegido cuidadosamente el cliente es llevado a la
mina y con engaƱos lo induce a lavar material de la peƱa anteriormente preparada.
Para no despertar sospechas, lo dejó solo y el se marchó para Campoalegre. Esa
misma tarde, el incauto le ofreció compra por la finquita. Después de un largo regateo, Egidio hizo el negocio de su vida.
20 RAZONES- POR LAS CUALES LAS CAMPOALEGRUNAS Y CAMPOALEGRUNOS, NOS SENTIMOS INMENSAMENTE ORGULLOSOS
1-Somos descendientes de la princesa Babilu, la guerrera inspiradora de los indios Otases, en su lucha por la libertad.
2-En nuestro suelo, reposan los restos del libertador de los esclavos, General José Hilario López, Expresidente de Colombia.
3-En la Hacienda La Angostura, pernocto el Libertador Simón BolĆvar, desde donde contempló, el Llano Grande, āInmenso y Libreā.
4-Campoalegre es la Capital Arrocera del Huila y del PaĆs.
5-AquĆ fue el Epicentro de la Reforma Agraria en Colombia.
6-Somos los pioneros de la Industria Molinera del Huila.
7-La ArtesanĆa de la Vega del Oriente, es una de las mĆ”s tradicionales del Huila.
8-Las Haciendas Potosà y la Angostura, son una de las mÔs hermosas joyas arquitectónicas del Huila.
9-Campoalegre, es la cuna del Arroz Flor Huila, el mƔs famoso y exquisito del mundo.
10-Campoalegre, es la patria chica de Gerardo Cabrera āJojijioā, el personaje tĆpico mĆ”s universal.
11-Tenemos la Capilla de Otas, uno de los monumentos Históricos mÔs representativos del Huila.
12-Campoalegre es la cuna de los Liberales Radicales, mĆ”s beligerantes y visionarios del paĆs.
13-Campoalegre es cuna de las mujeres mĆ”s Bellas, alegres y laboriosas del paĆs.
14-Nuestro āLlano Grandeā, donde se cultiva el mejor āArroz del Mundoā, es en todo momento, una verdadera sinfonĆa de colores.
15-Esta región, es cuna de grandes profesionales de talla Nacional, y de los mejores Copleros Improvisadores del Sur Colombiano.
16-El Festival del Arroz, es uno de los eventos mÔs Folclóricos y Tradicionales de Colombia.
17-Somos la Capital Mundial de la AlegrĆa.
18-Tenemos la āSemilla Dorada, que es el Mana de la Tierra de Promisión.ā
19-Por nuestras tierras pasa el Rio Magdalena, el mƔs importante de la patria.
20-El Rio Neiva, es la Sangre Viva de La Tierra del Arroz y del Canto Campoalegruno.
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